lunes, 18 de junio de 2012

Juan Francisco Casas

Licenciado y doctorando en Bellas Artes por la Universidad de Granada en 1999, obteniendo el Premio Nacional de Fin de Carrera del Ministerio de Educación y Ciencia al mejor expediente universitario de España.


Su obra se desarrolla principalmente dentro del campo de la pintura, con obras de gran formato con las que ha conseguido importantes éxitos internacionales, y desde 2006 en el campo del dibujo, con obras realizadas con bolígrafo Bic azul. Su estilo, realista en apariencia, parte de fotografías domésticas y de baja calidad, magnificando dichas instantáneas dionisíacas, momentos de vida y juventud, con picardía y sentido del humor. El sexo, los amigos, la comida y la bebida son elementos reconocibles en estas imágenes que analizan y exaltan los pequeños climas cotidianos de felicidad pura y primitiva



Casas, pelo largo y barba de tres días, reconoce que las 200 páginas del libro Juan Francisco Casas, Dibujos tienen un barniz de artista asentado, "probablemente viva un punto de inflexión". La obra que hará en el futuro aún no la tiene en la cabeza, de la que muestra ahora considera que ha evolucionado a un tono "más desinhibido". "No es que haya una ruptura con lo que hacía antes, los cambios son sutiles, pero creo que mis obras son más impactantes”, dice este licenciado en Bellas Artes.
Si se retrocede en el tiempo, se ve a Casas, aficionado como tantos chavales a garabatear monigotes con el bolígrafo en el colegio. La primera obra seria que nació de esa habilidad la tiene un amigo, al que le regaló un boceto de un retrato femenino pero pergeñado con bolígrafo negro, no con el azul que le ha hecho después reconocible. Casas siempre se ha sentido más cómodo con un bolígrafo en la mano que con un pincel. "Siempre me ha gustado más el dibujo que la pintura porque tiene algo de íntimo, de delicado, aunque en el arte se le ha considerado de segundo orden".




Los protagonistas de sus dibujos son, casi siempre, mujeres. "No son modelos, son amigas mías, por eso se refleja esa complicidad y espontaneidad". Él lo llama "hedonismo doméstico". Suelo escoger mujeres porque me interesan las formas de su cuerpo". Sin embargo, Casas establece una relación peculiar artista-modelo: "Ellas eligen cómo quieren ser representadas. En la historia del arte, siempre ha sido el pintor o el marido quien decidía cómo debía posar la mujer. A mí me gusta que ellas escojan".
A estas modelos las fotografía con flash porque así "se subraya el momento que va a retratar". De las 50 fotos que puede llegar a tomar de esas poses divertidas y carnales, al final se queda con una, que será la que copie en sus dibujos. Solo entonces llegará la decisión del formato y de si hará una serie, "a veces hasta 16 secuencias, un trabajo ingente".


No hay comentarios:

Publicar un comentario